Aprendizaje Invisible II

El termino de aprendizaje invisible nace en el año 2007, antes de que se pensara en la revolución que traería la tecnología hacia el aprendizaje. En ese entonces se hablaba sobre la integración de conceptos como: colectivización del saber, aprendizaje colaborativo, construcción del conocimiento, aprendizaje basado en descubrimientos, aprendizaje experiencial, aprendizaje en diferentes contextos y aprendizaje informal.
Características del aprendizaje invisible
Es imposible de registrarlo con los ojos, es un conocimiento tácito, personal, basado en las experiencias y por esto resulta difícil de sistematizar o verbalizar.
Cuando se involucran las tecnologías, se vuelve invisible ante los instrumentos tradicionales de medición del conocimiento.
Es menos probable de que se pueda certificar y aunque esto lo haga invisible (al aprendizaje) en la parte formal, no deja de tener valor para la parte social y profesional.
No es un manual, metodología o teoría de aprendizaje.
Finalidad del aprendizaje invisible
Transformar la forma de aprendizaje tradicional con el uso de las nuevas tecnologías, es realizar una flexibilización en el uso de diversas herramientas, pedagogías y prácticas de enseñanza para convertir al estudiante en un knowmad.
Finalmente lo que se desea, es aprender de una manera continua e informal por medio de la interacción cotidiana.
De acuerdo a Illich (1971), un buen sector educativo...
Debería proporcionar todos los recursos necesarios para que la persona pudiera aprender en cualquier momento de su vida.
Brindar facilidades para aquellos que deseen compartir lo que saben con otras personas que quieran aprender de ellos.
Los estudiantes no deberían verse obligados a cumplir un curriculum o plan de estudio, o ser discriminarlos por falta de un titulo o certificación.
Ejes del aprendizaje invisible
Las competencias no evidentes resultan invisibles en los entornos formales.
Los sistemas de evaluación formal no incentivan necesariamente el desarrollo de otras habilidades o procesos de aprendizaje, muchas veces se reprimirá el progreso de otros talentos con tal de que el estudiante se ajuste a un plan de estudio, mismo que la mayoría de las veces se encontrará basado en procesos de repetición y memoria.
Las TIC se hacen invisibles.
Como docentes es fácil olvidar que para nuestros estudiantes las herramientas tecnológicas no son novedosas, esto debido a que han crecido con ellas. Lo novedoso o de valor agregado del uso de las tecnologías en el aprendizaje, dependerá del uso creativo e innovador que el docente haga en su preparación de contenido, en el compromiso que adquiera para ser flexible en la actualización, adaptación e implementación de nuevos recursos continuamente.
Las competencias adquiridas en entornos informales son invisibles.
Está claro que dentro de un aula, sobre todo si es una educación privada, los estudiantes hacen uso de diversas formas tecnológicas de acuerdo al planeamiento realizado por el docente, sin embargo, según estudios de la OCDE (2005, 2008), se plantea que hay un mayor impacto del uso de estas tecnologías en el hogar que en la escuela.
Lo que se trata de describir, es que en realidad se hace uso de diversos dispositivos fuera de la escuela y en diferentes entornos, creando microentornos de aprendizaje en donde a través de hábitos de interacción cotidiana como la observación, el boca a boca, el ensayo y error, el aprendizaje entre pares, etc. representan formas de aprendizaje tácito y por ende invisibles.
Las competencias digitales resultan invisibles.
Estamos de acuerdo con que el uso de las tecnologías representa una de las ocho competencias fundamentales, el desafío es cómo estimular su uso mediante experiencias practicas, no solo es importante saber la funcionalidad de una aplicación o programa, sino de aprender a utilizarlas para la resolución de problemas más complejos. En últimas, es invisibilizar las tecnologías en sí y ser capaz de generar, conectar y diseminar el conocimiento creado.
Es evidente que aquí estamos frente a una clara contradicción. Es decir, por una parte los grandes discursos ensalzan la importan- cia de desarrollar este tipo de destrezas, y por otra parte éstas son ignoradas o resultan “irrelevantes” dentro del currículo académico.
Hay ciertas prácticas empleadas en la escuela/universidad que podrían invisibilizarse.
Muchos de los métodos de evaluación utilizados en el sector educativo son muy buenos para medir respuestas de memoria en masa, sin embargo no son funcionales para medir el verdadero aprendizaje individual.
La memoria debería tener un uso eficiente, ya que la información está en nuestras manos desde cualquier dispositivo con un clic. Sin embargo, muchas de las estructuras educativas, continúan realizando evaluaciones que solo miden nuestra capacidad memorística, una información que desaparece con el tiempo sin dejar una vivencia real de lo aprendido acabando con la motivación, la creatividad y el deseo por aprender.
Reimers (2009b) plantea: “La paradoja de la educación de co- mienzos del siglo xxi se encuentra en la desconexión entre la exce- lente capacidad institucional de las escuelas y su bajo desempeño en preparar a los estudiantes para inventar un futuro que responda adecuadamente a las oportunidades y desafíos globales”.
¿Cómo educar para un mundo global, plano y crecientemente interconectado?
Yo agregaría otra pregunta...
¿Para que educamos? ¿Para preparar futuros "obreros" o futuros creadores e inventores de un futuro nuevo?
Origen del libro
Nace de un trabajo en equipo entre John W. Moravec y Cristóbal Cobo.
Su preparación fue por medio de la implementación de varios programas experimentales de formación presencial y virtual, en tiempo real y diferido.
Se complementaron con prácticas de investigación-acción en los campos de la innovación, aprendizaje y la tecnología.
Se desarrolló un workshop internacional que contó con contribuciones de investigadores de varios países, permitiendo realizar un trabajo de investigación sobre el desarrollo de “competencias digitales” y habilidades para el siglo XXI.
Objetivos del libro
Compartir experiencias y perspectivas innovadoras, orientadas a repensar estrategias para aprender y desaprender continuamente (p.30).
Promover el pensamiento crítico frente al papel de la educación formal, informal y no formal en todos los niveles educativos (p.30).
Contribuir a la creación de un proceso de aprendizaje sostenible (y permanente), innovando y diseñando nuevas culturas para una sociedad global (p.30).
Referencia
Cobo, C y Moravec, J (2011). Aprendizaje Invisible. Hacia una nueva ecología de la educación. Edición de la Universitad de Barcelona